El día que ya no sepas quién eres, dónde estas, que tienes en la cabeza tomando las decisiones por ti. El día que no encajes en el puzzle que ayer sustentabas. El día que te asustes de ti mismo. Ese día, descubrirás tu esencia. Está en tu mano aceptarla o no.
Yo lo hice: cuidado con el dragón.

domingo, 3 de junio de 2018

Enamorarme siempre.

Voy a enamorarme de ti. Voy a enamorarme de ti todos los días que te vea, que te oiga, que sepa de ti. Voy a enamorarme de ti cuando lleves semanas sin aparecer y de repente estes ahí, de refilón en cualquier foto por la red. De todas tus sonrisas, de las que te sacaba yo al taparme la cara con las manos por vergüenza, cuando recitábamos cada diálogo de memoria, de las carcajadas a pleno pulmón; pero también de las que te sacan tus amigos cuando crees que no miro. Hasta, quiera o no, voy a enamorarme de las que te saca ella, duelan lo que duelan.
De como me abrazabas también voy a enamorarme porque, joder, como no voy a hacerlo si mi cabeza no encaja en ningún sitio mejor que en tu pecho. Porque me acariciabas la espalda y tirabas todos mis problemas al suelo. Porque nadie conocerá nunca tan bien mis lunares, porque los has contado, y me voy a enamorar de verte mirarme antes de que me duerma cada vez que acabémos en mi casa.

De todas tus incongruencias, de las veces que no sabias como terminar una conversación, de tu cabezonería, de que quisieras pasar conmigo siempre  más tiempo del que teníamos. Voy a enamorarme de todas las cosas que me acabaron sacando de quicio, y no voy a poder evitarlo. De discutir contigo y de que no quisieras discutir, de no saber como hacerte entender las cosas, de no querer lo mismo. Pero querernos. Me voy a enamorar con todo: con nuestra lucha contra la nada, contra un cronómetro acercándose a cero, contra los granos de arena de un reloj. Con nuestra caída en las hojas incorrectas del calendario. Con tus mensajes de después, con todas las lágrimas, con las noches sin dormir. Me va a dar igual, sé que cada vez voy a enamorarme de ti.

Todos los días, todos los años, todas las vidas. Porque hay "siempre"s que si que lo son.