A veces necesitas que te abracen un poco más. Un poco más fuerte, un poco más largo, un poco más cerca.
Que te miren más, y mejor. Con ojos que no juzguen sino que entiendan, que no te vean como algo roto sino algo a descubrir.
Que te quieran un poco más. Un poco más sincero, un poco más puro, un poco más desde las tripas.
Aunque no suelas ser así, por mucha independencia que proclames. Por mucho que te hayan intentado convencer de que recibir cariño es una debilidad. Por mucho orgullo que te de pelear tus propios demonios sola, por muy libre, por muy fuerte que seas.
A veces todos necesitamos un poco más.
Un poco más de estar, un poco más de “puedes con todo pero quiero ayudarte”, un poco más de “confío en ti”. Un poco más. De cariño, de fuerza, de entrega.
Un poco más de verdad.